El sector de la construcción en España se levanta de las cenizas.

Cuando Juan Velayos dejó su trabajo en la firma de contabilidad PwC para convertirse en el director ejecutivo de la casa constructora española Neinor Homes hace dos años, algunas personas pensaron que estaba loco.

Las empresas de construcción en España alguna vez construyeron más viviendas residenciales cada año que el resto de Europa occidental combinadas, alimentadas por deuda barata. Pero una caída del 35 por ciento en los precios después de la crisis financiera de 2007 dejó a la mayor parte del sector en bancarrota.

España todavía tiene medio millón de casas nuevas sin vender, muchas en ciudades vacías que se han convertido en monumentos a una burbuja inmobiliaria especulativa que derribó el sector bancario del país y la economía en general.

"Los mercados en ese momento eran escépticos sobre la oportunidad [en la construcción de viviendas en España]", dice el Sr. Velayos. "Eran escépticos sobre el impulso de los inmuebles residenciales. Se sorprendieron de que estuviéramos comprando tierras tan agresivamente ".

Pero Neinor, creada por el grupo estadounidense de capital privado Lone Star en 2014, se ha convertido en un caso de éxito, una de las primeras constructoras residenciales del país capaz de salir de las cenizas del sector en ruinas y volver a construir.

Hace seis meses, Neinor Homes se convirtió en el primero en flotar en la bolsa de valores de Madrid, con Lone Star vendiendo el 60% de la compañía, valorada en 1.300 millones de euros. Las acciones han subido 13 por ciento desde entonces.

"Sabíamos que había una oportunidad porque la economía española estaba creciendo nuevamente y durante casi una década prácticamente no se habían construido nuevas viviendas residenciales", dice Velayos.

Neinor sirvió como catalizador para todo el sector, y otros ingresaron al mercado. Empresas como Aedas, Vía Célere, Aelca y Metrovacesa también están construyendo, dando profundidad al sector para los inversores.

"La actividad de construcción residencial en España finalmente ha vuelto", dice Adolfo Ramirez-Escudero, director ejecutivo de la firma española de servicios inmobiliarios CBRE. "La demanda existe y las empresas están volviendo a construir".

Esto se produce cuando el mercado inmobiliario español en general parece haber llegado a un quiebre. Los precios de la vivienda cayeron un 35,2 por ciento entre 2007 y 2015, según el sitio de propiedad Idealista, pero subieron un 3 por ciento este año y un 2 por ciento el año pasado.

Los analistas dicen que esto continuará, ya que la economía de España continúa creciendo a un ritmo del 3 por ciento anual, uno de los más fuertes de la zona euro.

"La escasez de nuevas viviendas en algunos lugares y el impulso de la demanda, apoyado por el crecimiento del empleo, apuntan a nuevos aumentos de precios", dice Jorge Sicilia, economista jefe de BBVA.

La inversión en el mercado inmobiliario español se ha llevado a cabo por etapas, comenzando con los fondos internacionales administrados por Goldman Sachs, Cerberus Capital Management y Blackstone, que compraron préstamos incobrables y carteras de apartamentos allá por el 2013.

Esto fue seguido por la creación de fondos de inversión inmobiliaria, conocidos en España como Socimi, que poco después comenzó a buscar en los mercados de propiedades comerciales y alquiler.

Cuatro grandes Socimis españoles - Axiare, Merlin Properties, Hispania y Lar España - ya están en funcionamiento. Las ganancias combinadas para los cuatro grupos en el primer trimestre de 2017 aumentaron 50 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior.

Pero el regreso del sector de la construcción residencial a lo comercial sugiere que el mercado está madurando y volviendo a la normalidad luego de una década de crisis en la que grandes actores como Reyal Urbis y Martinsa Fadesa se declararon en bancarrota.

"En propiedades comerciales y residenciales, todos tienen la misma tesis", dice Fernando Ramirez, jefe de relaciones con inversionistas de Merlin. "España se está recuperando y la propiedad sigue siendo barata".

El regreso de la construcción española es bueno para la economía española en general, en particular la creación de empleo. El sector de la construcción una vez empleó a más de 2.5 millones de personas, en comparación con solo 1 millón después de la crisis.

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